‘Sínodo’ es una palabra antigua en la Iglesia que significa ‘caminar juntos’. Cuando el Papa Francisco convocó a todo el Pueblo de Dios a vivir un itinerario de escucha, diálogo y discernimiento “por una Iglesia sinodal”, entre 2021 y 2024, se dio paso a un proceso amplio de participación, comunión y misión, que ha vinculado a muchos lasalianos alrededor del mundo, en las fases diocesanas, nacionales y continentales.
Uno de los momentos más significativos de este caminar ha sido la primera sesión de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, realizada en el Vaticano del 4 al 29 de octubre. De los 365 representantes de todos los continentes, con la presencia y el liderazgo del Papa Francisco, 54 son mujeres y, por primera vez en la historia de los sínodos, tienen derecho a voz y voto. Dos de ellas son lasalianas: Claire Saïd, de Líbano, y Grace Wrakia (de Papúa Nueva Guinea).
Mujeres portadoras de una tradición sinodal
“Todo es muy interesante: el tema de la sinodalidad, la conversación espiritual entre los participantes, la cercanía del Papa”, comenta Claire sobre la experiencia vivida. “Me siento orgullosa de ser una mujer lasaliana, portadora de una tradición sinodal, instaurada por nuestro Santo Fundador y los primeros Hermanos, ‘juntos y por asociación’”, continúa la lasaliana libanesa, añadiendo que “nuestra convicción lasaliana de vivir a ejemplo de la Trinidad nuestra misión pedagógica, me confirma que nuestra manera de caminar con jóvenes y adultos está en el corazón de la sinodalidad”.
Grace destaca que “lo más significativo de esta asamblea ha sido la participación de los laicos y la ‘conversación espiritual’ en mesas redondas”, refiriéndose así a la metodología, en la que los participantes se han reunido, permanentemente, en pequeños grupos idiomáticos de 12 personas, con un facilitador, alrededor de una mesa redonda (35 en total). “Todo el mundo puede compartir su opinión y sus experiencias, y escuchar las de los demás. En la mesa redonda, todos somos respetados y se valora lo que compartimos”, agrega.
Al igual que Claire, la lasaliana papuana considera que “nuestro espíritu lasaliano de trabajar y vivir ‘juntos y por asociación’ es sinodal y me siento agradecida de formar parte de la familia que fomenta y promueve la sinodalidad en todos los niveles del Instituto”.
A propósito de su rol en este sínodo, Grace manifiesta sentirse “orgullosa de ser lasaliana, porque el Instituto ha proporcionado muchas vías para que la mujer lidere y apoye roles de liderazgo”, como también se ha visibilizado en el proceso sinodal. “Me siento verdaderamente honrada de estar aquí; estoy muy agradecida por la amplia formación lasaliana recibida, por las múltiples asambleas internacionales lasalianas a las que he asistido y participado, porque me han dado la confianza que necesito para participar activamente en este sínodo”.
Seguir “caminando juntos”
La segunda sesión del Sínodo, en su etapa mundial, tendrá lugar nuevamente en el Vaticano, en octubre de 2024 ¿Cómo podrán seguir participando los lasalianos en el proceso sinodal? “Tenemos muchas cosas que trabajar con los jóvenes y las comunidades educativas: la escucha de la Palabra de Dios; el trabajo por la justicia, la verdad y la paz; la solidaridad, el sentido del otro y de los otros; el abandono en el Espíritu Santo”, sugiere Claire.
Por su parte, Grace espera que “podamos abrir más vías para escuchar y dialogar dentro de nuestras escuelas y obras educativas locales y luego a través de los Distritos y Regiones, porque cada uno tiene algo hermoso que compartir. El diálogo trae unidad y sanación, como he podido comprobar en este Sínodo”. Asimismo, “la protección y la salvaguarda de los niños, los jóvenes, y adultos vulnerables debe seguir siendo una de nuestras prioridades en nuestro itinerario sinodal lasaliano”, concluye la lasaliana.