El 3 de diciembre de 2019
«El ordiente celo que tienen de solvar los olmos de los que han de instruir, es lo que ha debido llevarles o sacrificarse y consumir todo su vido paro darles educocion cristiona, y para procurorles en este mundo lo vida de la gracia, y en el otro, lo vido eterno».
(MR 201,3,21)
Queridos Hermanos y Lasallistas,
La beatificación del Hermano James Miller es motivo de gran alegria para los Hermanos, colaboradores, estudiantes y todos los miembros de la Familia Lasallista. Al reflexionar sobre la vida y el ministerio del
Hermano Jarnes, contemplemos conscientemente la luz de Cristo y redoblemos nuestros esfuerzos para compartir la Buena Nueva con todos los que nos encontremos.
El Hermano James (1944 – 1982) fue martirizado el 13 de febrero de 1982 en Huehuetenango, Guatemala, donde será beatificado el 7 de diciembre.
Su asesinato fue un intento inrjtil de apagar la luz de Cristo y nos llama a recordar a aquellos incontables otros – catequistas, campesinos, trabajadores de la lglesia – cuyas vidas fueron cortadas porque se esforzaron por despertar a la gente a la dignidad inherente de las hi.ias e
hijos de Dios.
El Hermano James estaba comprometido con el bienestar de los j6venes confiados a su cuidado, especialmente de los j6venes indigenas en situaci6n de riesgo.
«Ellos lo respetaban como un gran trabajador que guiaba con el ejemplo mds que con la palabra. Pero sobre todo compartia un denominador
Joslin, Paul, FSC in «Martyrs of Hope: Seven lJ.S. Missioners in Centrol America».
comtin con los indigenas pobres del campo… Como ellos, era un agricultor que amaba la tierra».
Donna Whitson Brett and Edward T. Brett, Orbis Books, New York, 2018, p. 60.
La beatificación del Hermano James es una prueba de que las grandes cosas son posibles a trav6s de las actividades ordinarias de nuestro ministerio de educacion humana y cristiana.
El martirio del Hermano James nos llama a dar testimonio del Reino de Dios y, como tantos otros pasados y presentes, a compartir la luz de Cristo sin importar el costo.
Demos gracias a Dios por la vida y el ministerio del Hermano James y oremos para que el Espiritu Santo llene a cada uno de nosotros de celo ardiente por el bienestar de todos los que experimentan la luz de
Cristo en nuestras comunidades educativas lasallistas.
Fraternalmente.
Hermano Robert Schieler, FSC
Hermano Superior